No lo piense más: enchúfese
Hace un año, caminando por las calles de Washington DC, la curiosidad pudo más y entré a una tienda de autos. La nota quedó registrada en Energía Limpia. Fue mi primer – y certero – contacto con los carros eléctricos, reales y tangibles:
En algún momento escribo que “No tuve más remedio que hacer un alto en el camino y arriesgarme a “perder” un tiempo considerable en tantear la tecnología, abrir y cerrar las puertas, oprimir los botones, sentarme frente al timón, e imaginar ir transitando en uno de estos por las no tan bien pavimentadas calles de Bogotá, Colombia.” Apenas estaba comenzando mi recorrido en este mundo energético y, tengo que confesar, soñaba.
Afortunadamente era un “sueño despierto”. Ya lo dijo, hace muchos años, el maestro Edgar Allan Poe: “aquellos que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche”.
No lo sabía; sin embargo, para ese tiempo el mercado de los eléctricos en Colombia ya estaba en plena marcha: Top 5 de los carros eléctricos vendidos en Colombia (Revista MOTOR). Pocas unidades vendidas, sí, pero efectivas y creciendo. Hoy mucho más consolidado, el mercado no sólo presenta opciones viables y competitivas, sino que adquirir un carro eléctrico en el país trae consigo grandes beneficios. Entre otros, no es nimio si tenemos en cuenta las condiciones de movilidad de ciudades como Bogotá o Medellín, son vehículos a los que no les aplica el “pico y placa”. Sobra decir que no requieren gasolina, pueden cargarse en cualquier toma con los respectivos adaptadores y cargadores (haciendo los estudios/adecuaciones pertinentes), son muy poco ruidosos y gozan del respaldo pleno de las grandes marcas que ya ruedan por las calles colombianas.
Pues bien, el otro día caminaba por la ciudad que me vio nacer, Bogotá DC, con mi pequeña Juana – protagonista de esta historia; ahora tiene tres, un año más que cuando se subió al TESLA. En uno de los centros comerciales más “exclusivos” de la Zona Rosa nos topamos con una exhibición de autos. Nada del otro mundo, pensé, hasta que me dí cuenta de que éstos tenían algo especial: adivinen qué.
Lindo ver a mi hija feliz adentro de este magnífico BMW i3 sabiendo que seguro no tendré que esperar a que ella cumpla los 16 para que pueda manejarle uno de estos a papá, sino que – si todo sale bien con esta Energía Limpia – seré yo el que muy pronto tendré la oportunidad de llevarla de arriba para abajo impulsado por la corriente eléctrica.
Al BMW (todo sobre la línea aquí), se le suma, entre otros, el Nissan LEAF, estrella de los eléctricos en el mundo entero, y el Renault ZOE. Los tres, disponibles a nivel nacional, tienen una autonomía superior a los 300 kilómetros por carga y andan a velocidades muy superiores a los límites de cualquier carretera en el país.
Las facilidades para su adquisición, los beneficios que traen consigo y las condiciones de tránsito los hacen muy atractivos. Es de celebrar que Colombia ahora sí le está apostando a la movilidad eléctrica. Para la muestra, este buen portal sobre el asunto que abrió CODENSA, el cual hizo parte de la exhibición: www.codensamovilidadelectrica.com. Aquí los interesados se pueden “datear” y aprender mucho más sobre cómo, cuándo y por qué es recomendable “electrificarse“.
Más allá, para el “ciudadano de a pie” o para quien no tiene en sus planes comprar carro, también hay otras opciones interesantes. ¿Qué tal alquilarlo?, ¿Compartirlo? Basta con abrir el celular y descargar un APP: En Bogotá ya funcionan los carros eléctricos compartidos (EL TIEMPO).
Lo mejor, la tecnología no sólo no tiene nada que envidiarle a los más desarrollados modelos impulsados por sofisticados motores de combustión, sino que la está superando: Un auto eléctrico rompió el récord en la difícil carrera Pikes Peak International Hill Climb (Digital Trends).
No le de más vueltas al asunto: ¡Enchúfese!