El planeta podría cambiar drásticamente a partir de 2030.
El último informe especial sobre calentamiento global del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, la principal autoridad científica en el mundo sobre este asunto, advierte que la raza humana tendría menos de doce años para evitar que la temperatura media del planeta llegue a un punto catastrófico.
Para construir el documento, 91 expertos de 40 países se basaron en más de 6.000 referencias científicas. Carolina Vera, miembro del grupo de trabajo, dice que la primera preocupación que surge de este informe es la velocidad con la que actúan –o están en capacidad de actuar– los gobiernos.
Para evitar cambios irreversibles en la ecología mundial, mayor exposición de la raza humana a eventos climáticos extremos y pérdidas incalculables de dinero, el planeta no debe calentarse más de 1.5 grados centígrados. Si esto llegase a pasar, se estima que 150 millones de personas morirían por contaminación atmosférica y el nivel del mar aumentaría 10 centímetros más de lo previsto de aquí a 2100.
Aunque el Acuerdo de París al que se comprometieron los gobiernos del mundo (y que EE.UU abandonó) contempla un aumento máximo de 2 grados centígrados con respecto a la temperatura preindustrial, tal como está la trayectoria, el planeta avanza hacia un calentamiento de 3 grados.
¿Qué pasaría en 2030?
Los panelistas advierten que si seguimos el curso actual en solo 12 años se habría pasado el umbral de 1.5 grados centígrados. De todos modos, hay quienes respaldan la eficacia de los acuerdos al asegurar que sin ellos se estaría yendo hacia una atmósfera 4 grados más caliente.
El informe presenta una comparación de los efectos que sentirá la Tierra si se aumenta la temperatura en 2 grados o en 1.5 y concluye que la última cifra es hacia la que hay que apuntar para evitar eventos climáticos más extremos como sequías intensas, incendios forestales, desbordamientos de ríos que afectarían a diez millones de personas adicionales y menor producción de alimentos alrededor del mundo, especialmente cereales básicos para la seguridad alimentaria como el arroz, el trigo y el maíz.
El cambio es urgente y no solo toca al modelo económico, sino que abarca todos los ámbitos de la cultura, incluidas las artes. Nuevos imaginarios son esenciales para plantear una relación más coherente entre seres humanos y naturaleza, y se necesita una imaginación colectiva que no haga de la ambición humana la ruina de todo el planeta.
Queda planteado el reto de ir más allá del Acuerdo de París, cuya implementación no está exenta de problemas. Para evitar un escenario verdaderamente catastrófico, donde mueran varios ecosistemas vitales para el equilibrio ecológico regional y global, las emisiones totales de dióxido de carbono deberán bajar un 45% con respecto a la cantidad emitida en 2010.
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Una de las soluciones es continuar la transición energética hacia las renovables y hacerla más vigorosa. El IPCC propone que entre el 70% y el 85% de la electricidad del mundo sea generada con energía limpia, es decir, fuentes renovables, de aquí a 2050, privilegiando las no convencionales por su menor impacto ambiental. La eficiencia energética debe de ser el pilar de las industrias y la sostenibilidad el corazón de los sectores de construcción y transporte.
Ciudades sostenibles
Las ciudades tienen un papel decisivo en la mitigación del cambio climático. Allí el transporte público y la movilidad sostenible (bicicletas, autos eléctricos, transporte compartido) pueden reducir la demanda de combustibles fósiles. Ir al supermercado en busca de productos de temporada producidos localmente también hará que cambie el uso de la tierra hacia un enfoque más sostenible, al igual que reducir el consumo de carnes, lácteos y quesos.
Si bien los ciudadanos no pueden decidir sobre los usos de la tierra, sí pueden desincentivar usos inconsecuentes como la ganadería extensiva en tierras aptas para cultivo cambiando sus hábitos de consumo. De igual manera, al reducir la cantidad de desechos y reciclar se aporta a la mitigación del cambio climático.
Las consecuencias a las que hay que atenerse si se pasa el umbral de 1.5 grados fijado por el IPCC incluyen eventos ambientales conocidos, como niveles de mar elevados, desaparición del casquete polar Ártico una vez cada diez años y la muerte de casi todos los arrecifes de coral en el mundo, en lugar de su extinción en un 70-90%. Pero también habría consecuencias indirectas que ya se han empezado a ver, como menor productividad en el trabajo y un número más grande de accidentes de tránsito.
El informe será la base de las discusiones que tendrán lugar en diciembre, cuando se reúnan los países firmantes del acuerdo en la Conferencia de las Partes (COP24) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Katowice, Polonia.
Sesión Inaugural del Panel Intergubernamental de Cambio Climático en la sesión 48. Incheon, Korea