Reflexiones sobre Change Now 2025 y Sostenibilidad

May 27, 2025 | Arte, Ciencia, Eventos, Historias, Noticias, Opinión, Soluciones, Vida

Por: Juan Daniel Correa Salazar

Ideas, retos y esperanza en acción

Este artículo recoge mis reflexiones sobre Change Now 2025 y Sostenibilidad, luego de vivir intensamente este encuentro global en París. A un mes del regreso a Bogotá, Change Now sigue resonando en mis pasos y en mi conciencia. No se trata tan solo de un evento. No se queda estático en el tiempo. Esto sigue y sigue.

Para quienes recién llegan a esta plataforma: Change Now es el mayor evento mundial dedicado a soluciones para el planeta, donde se conectan proyectos, empresas, líderes y comunidades que trabajan por un futuro más sostenible. Este año se llevó a cabo del 24 al 26 de abril en el Grand Palais de París.

Es hora de cambiar. De hacerlo con sostenibilidad.
Una de las principales lecciones que me llevo —como escritor y creativo— es lingüística: sostenibilidad, en francés, se escribe durabilité.
Sí, el cambio es ahora. Pero también es paso a paso.
Aunque la urgencia existe, no se trata de correr con afán. Se trata de avanzar con conciencia.

Así como el Acuerdo de París sembró la semilla que hizo posible Change Now —como lo recordaron Santiago Lefebvre, Rose-May Lucotte y otros miembros del equipo—, diez años después florece este encuentro.
Para mí, Change Now —que conocí el año pasado y que este año también viví— no es un punto de llegada. ¡Al contrario! Es un punto de partida.

Y habrá muchas más historias, entrevistas, relatos y crónicas que iremos compartiendo en Energía Limpia.

Un punto de partida desde París

Comencemos por ahí: Energía Limpia, esta iniciativa hoy global, salió a la luz en Change Now 2025. Que sea una señal.
Durante años fuimos Energía Limpia para Colombia. Hoy somos Energía Limpia. A secas, pero más amplia. Aunque apenas comenzamos a publicar contenidos, nuestra intención es clara: crecer y consolidarnos como una plataforma para comunicar, divulgar, opinar y conectar.

Quienes nos leen están invitados a participar, construir, debatir. Este micrófono —como lo ponemos hoy— está abierto para todos.

Este escrito recoge algunas impresiones. Porque poner en palabras todo lo vivido sería imposible; hay que estar ahí para entenderlo. Son ideas que surgieron en mí y que me llevan a expresarlas, a “pensar en voz alta”. No son verdades absolutas; sí pensamientos que tocan profundamente mis días —y los de Energía Limpia— tras esta experiencia en París.
Bienvenida la discusión, que acompaño con algunas de las instatáneas que tomé:

Una historia de sostenibilidad que empezó con USAID

Energía Limpia para Colombia, que ahora es Energía Limpia, comenzó hace más de una década como parte de un programa auspiciado por USAID, en el que yo ejercía como director de comunicaciones. Ahí se sembró la semilla. El programa se acabó, sí, pero una prueba de que fue realmente sostenible es esta: el espacio www.energialimpia.co sigue vivo. Hoy renovado y en sintonía con el mundo.

Una muestra clara de que la cooperación sirvió. En Colombia, para mucho más, por supuesto. E incluso para mí, personalmente, y para la agencia que dirijo, USAID fue fundamental. Uno de nuestros principales aliados desde distintos frentes.

Esto escribí hace unos meses, al respecto, en mi LinkedIn (leer publicación completa aquí):

No todo fue perfecto. Pero fue real. Fue útil. Fue transformador.

Por eso, resulta desconcertante que justo en un momento donde el mundo clama por acción—como lo sugiere el nombre Change Now—, desde el poder se intente acabar abruptamente con una agencia como USAID.
Y aquí quiero ser claro: el cambio es bienvenido. Incluso dentro de USAID hay cosas que deberían ajustarse, actualizarse, mejorarse. Como toda institución con décadas de trayectoria, necesita revisarse, cuestionarse, renovarse.

Pero una cosa es cambiar, y otra muy distinta es destruir.

Lo que hoy vemos no es un proceso de transformación, sino un acto de demolición ideológica. Y eso —desde mi experiencia— es profundamente injusto, no solo con la historia de la cooperación internacional, sino con los millones de vidas que se han beneficiado de ella.

Aquí surge una de mis primeras reflexiones sobre Change Now 2025 y Sostenibilidad: los cambios que el mundo necesita no deben ser impulsivos ni fanáticos.
La sostenibilidad, como aprendí también en París bajo el concepto francés de durabilité, se construye con equilibrio, con paciencia, con visión de largo plazo.

A mi modo de ver —y me encantaría saber si comparten esta visión—, el fanatismo es uno de los principales enemigos de la sostenibilidad.
Y en este caso, son justamente los fanáticos —hoy en el poder— quienes están terminando, sin matices, con un proceso que, con todos sus retos, ha sido profundamente transformador para miles de comunidades en el mundo, incluida Colombia.

Trump y las paradojas del cambio

Uno de los protagonistas incómodos de esta edición de Change Now fue, sin duda, el “innombrable”: Donald Trump.
Su regreso a la Casa Blanca fue mencionado en varias intervenciones, incluso por algunos speakers que hablaron de “Trump style solutions” y del concepto de “fight fire with fire”.
Algunos llegaron a plantear —con cierto dramatismo— la idea de una especie de “revolución climática y sostenible”, incluso insinuando que, de ser necesario, esta podría ser casi armada.

Interesante. Pero, me parece, que no es el camino.
Lo que necesitamos no son más Trumps —vengan de donde vengan—.
Lo que necesitamos es ciencia, datos, ideas. No posturas sesgadas ni fanáticas.

Por lo mismo fue alentador ver a varios asistentes usando gorras con la frase Make Science Great Again, una parodia directa al célebre lema de Trump (Make America Great Again). Me sumo. Esta plataforma también se suma.
Y lo haremos con argumentos, con datos, con ideas. No desde posturas fanáticas, sino desde la evidencia, el respeto y la convicción de que la ciencia —más que nunca— necesita ser defendida y visibilizada.

Porque Change Now es prueba de que no estamos solos. Y por mucho poder que acumulen ciertos líderes, se enfrentan a una humanidad que sigue siendo humana.

Ni blanco ni negro: sostenibilidad como equilibrio

La sostenibilidad no puede convertirse en una guerra de bandos.
No se trata de blanco contra negro, ni de buenos contra malos.
Es —y debe ser— equilibrio: entre lo social, lo económico y lo ambiental.

Por eso no creo, por ejemplo, que los combustibles fósiles deban desaparecer de la noche a la mañana (además, es imposible). Lo que sí necesitamos es usarlos menos, ser más eficientes y, por supuesto, impulsar con decisión las energías limpias.
En este proceso, hay una palabra clave: eficiencia. Tan importante como la generación con fuentes renovables (o no convencionales) es hacer un uso más inteligente y consciente de la energía. La transición energética se trata justamente de eso: de transitar, no de aniquilar ni de declarar enemigos.

Lo mismo ocurre con los plásticos. En un país como Colombia —epicentro de la biodiversidad mundial— es doloroso ver cómo ríos, quebradas y hasta mares enteros están llenos de residuos que afectan la vida.
Por eso es urgente recuperar, reciclar, transformar.
Dar nueva vida a lo que ya fue producido, sobre todo a aquellos materiales de un solo uso. Crear objetos funcionales, útiles y duraderos —como se dice sostenibilidad en francés: durable— es parte de la solución. Y claro, también hay que hacer el esfuerzo para disminuir y, en la medida de lo posible y con plazos definidos, eliminar progresivamente la producción de plásticos de un solo uso.
Esto es clave para una verdadera circularidad.

También es importante entender los contextos en los que estas acciones se implementan. No se trata de copiar modelos ciegamente, sino de adaptarlos con inteligencia y justicia.

Y tengo una buena noticia: sí tenemos tiempo.
Sí, hay que actuar ya. Pero lo que tenemos —y no debemos desperdiciar— es tiempo.
Es momento de “ponerse las pilas”.

Insisto —y me reitero— porque creo en la sostenibilidad. Y la entiendo, cada vez más, como un equilibrio. Sin fanatismos.
Esto no es una batalla entre el bien y el mal. No es blanco versus negro.
Lo que necesitamos es encontrar ese balance donde puedan convivir múltiples realidades, sectores, voces. Donde todos podamos sumar.

Por eso mismo, los fanáticos que se oponen a la inclusión, a la transición, a lo sostenible —como el actual presidente de Estados Unidos— no ayudan al planeta.
Ojalá logremos encontrar los argumentos para persuadirlos. Para que comprendan que una sostenibilidad sin fanatismos no solo es el mejor camino para el planeta, sino también un excelente negocio. ¿Cómo no?
Es justamente esa la apuesta de Energía Limpia. Sin vergüenza, con convicción.

Porque el mundo ha avanzado demasiado como para volver a los maniqueísmos. Para poner a unos en un bando y a otros en otro.
Change Now despertó en mí ese sentimiento profundamente humano.
Y París fue un reflejo de ello: una ciudad abierta, inclusiva, respetuosa.

Así también debe ser la energía limpia. Así debe ser la transición: una invitación a avanzar, no a destruir.
No se trata de declarar finales abruptos, ni enemigos a muerte. Se trata de cambiar. De equilibrar. De actuar.

Compensar también es clave

Todo evento genera impactos. Eso es innegable.
Y Change Now lo entiende muy bien: por eso compensa, con rigor técnico y compromiso. Así debe ser.

Las emisiones, los desplazamientos, la logística, el consumo de recursos; todo suma. Lo importante es asumir esa responsabilidad de forma consciente y efectiva, apoyando iniciativas que realmente aporten a la estabilidad del planeta.

Nosotros también lo hacemos.
Desde The Community Forests, por ejemplo, compensamos el impacto de eventos culturales y de sostenibilidad con acciones concretas de conservación en las profundidades del Amazonas, el gran pulmón del planeta. No como un acto simbólico, sino como parte de una estructura técnica y medible que conecta territorios, ciencia y comunidades.

Sobre esto escribí también en mi nota para Energía Limpia acerca del Festival Estéreo Picnic, hoy el evento cultural privado más importante de Colombia. Puedes leerla aquí.
Allí reflexiono sobre cómo un festival de gran escala puede —y debe— asumir su impacto, y buscar no la perfección, sino un equilibrio activo entre lo que genera y lo que devuelve.

Porque no estamos hablando de un mundo perfecto.
Hablamos de un mundo mejor. Y sí, estoy orgulloso de que así sea.

Se genera un impacto —y eso es inevitable—, pero también se compensa.
Ojalá cada vez con más rigor. Ojalá con creces.
En nuestro caso, lo hacemos allí donde más importa: en territorios como el Amazonas, con las comunidades que lo protegen.

Y esa, justamente, es una forma concreta de avanzar hacia una sostenibilidad más real, más justa y más humana.

El Grand Palais y el poder de las soluciones

El cambio es ahora.
Y qué bueno que cada vez seamos más los que decidimos sumarnos.
Yo ya cambié, y sigo cambiando cada día. Lo mismo Energía Limpia, que avanza con paso firme por este largo camino que es la sostenibilidad: abriendo los ojos, la mente, el pensamiento.

Change Now ha sido un gran estimulante para ello.
Ojalá este movimiento viva por muchos años, porque lo que ocurrió en su más reciente edición —realizada en el majestuoso Grand Palais de París— fue, sin duda, revelador.

Allí, bajo sus cúpulas de cristal, se vivieron momentos que nos recordaron que, ante todo, somos humanos. Y que lo que nos une no es la perfección, sino los desafíos compartidos que enfrentamos como especie.
Desafíos que, lamentablemente, también han afectado a otros habitantes del planeta… y al planeta en sí.

Por eso aplaudo el enfoque de Change Now hacia las soluciones.
Los problemas existen, sí. Pero en vez de quejarnos o resignarnos, tenemos una gran oportunidad —y una enorme responsabilidad— de encontrar caminos concretos para superarlos.
Y en París, durante esos tres días, muchas de esas soluciones brillaron.

El Grand Palais, construido para la Exposición Universal de 1900, es un símbolo de lo que el ser humano puede crear cuando une creatividad con visión. Hoy, renovado, este templo de cristal está más vivo que nunca. Y qué maravilla que haya sido completamente dedicado, durante tres intensas jornadas, a la sostenibilidad.

Pero no solo durante el evento. Según pude ver y escuchar, el palacio —como toda la ciudad de París— está incorporando prácticas sostenibles de forma permanente.
Esperamos volver en 2026, y en los años por venir, llevando desde América Latina ideas y propuestas cada vez más sólidas a este escenario global.

Porque Change Now es mucho más que un evento.
Es un espacio de encuentro, sí, pero también una fuerza en movimiento. Un ecosistema de ideas, conexiones y acciones que ya trasciende los muros del Grand Palais y se expande por el mundo.

Quedan aquí algunas imágenes de París 2025 —para el recuerdo, la inspiración y la posteridad—:

Un movimiento que no se detiene

Uno de los anuncios más potentes de esta edición fue la creación de los primeros tres hubs internacionales de Change Now:

  • Túnez, en septiembre de 2025
  • São Paulo, en octubre de 2025
  • Bangalore, en noviembre de 2025

Qué bueno que se expanda. Ojalá también llegue pronto a Colombia.
Lo que está ocurriendo es extraordinario: un movimiento que crece, que conecta, que comparte.
Un movimiento que supera, por mucho, los “insuperables” tres días en París.

La idea es sencilla, y por eso poderosa: reunir a las mentes más brillantes del planeta para compartir soluciones reales.
Más que un evento, Change Now es una expresión colectiva de acción, esperanza y humanidad.

Lanzarse al agua: porque el futuro se construye con acción

No podemos dejar el futuro en manos de otros. Ni de gobiernos, ni de políticos.
Tampoco podemos quedarnos paralizados esperando condiciones perfectas.
La sostenibilidad exige actuar. Cambiar. Y hacerlo ya.
No con afán. No con fanatismo. Pero sí con decisión.

Las palabras de Santiago Lefebvre, fundador de Change Now, me siguen resonando como una campana:

“Don’t ask for permission. Just go. Keep moving.”
No pidas permiso. Solo hazlo. Sigue en movimiento.

Me recuerdan —inevitablemente— a uno de los capítulos de mi libro La Fábrica de Ideas:
“El que piensa, pierde.”
Y no porque pensar esté mal. Sino porque a veces nos quedamos ahí, dándole vueltas, en lugar de lanzarnos al agua, como decimos en Colombia.

👉 Puedes conocer más sobre el libro aquí: La fábrica de ideas (Creatividad en Acción).

Para avanzar hacia un mundo verdaderamente sostenible, no basta con imaginarlo.
Hay que moverse. Hay que empezar. Aunque no todo esté claro. Aunque no todo esté resuelto.
Porque las verdaderas transformaciones no surgen del control absoluto, sino del valor de actuar en medio de la incertidumbre.

🌍 Adelante con el cambio.
⚡️ Adelante con la energía limpia.
🌱 Adelante con la sostenibilidad.
💡 Y sí: adelante con las ideas… puestas en acción.

Porque el futuro no se delega.
Se crea. Paso a paso. En movimiento. Con acción.

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