El dilema de los nuevos buses de Transmilenio
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La apertura de la licitación para la compra de la nueva flota de buses de Transmilenio tiene a Colombia entera discutiendo. Las voces de protesta no se han hecho esperar. Algunas son sensatas y respetuosas; otras son pedradas sin sustento o, en el peor de los casos, vandalismo digitalizado. ¡Qué situación tan común en estos días post-ciertos!
Energía Limpia considera que la mejor forma de abordar la problemática es con información. Que cada quien saque sus propias conclusiones.
“Lo que no hay que perder de vista con el debate que se ha generado alrededor de la renovación de la flota de TransMilenio es que es una buena noticia para la ciudad”, dice el artículo de SEMANA, ¿Por qué le debería interesar el debate de los buses de TransMilenio? A Energía Limpia, ¿cómo no?, le interesa mucho.
El propio alcalde Peñalosa, lo pone de esta manera, “acá tenemos una capacidad increíble para convertir las buenas noticias en malas” (ver video: ‘Buses de TransMilenio tuvieron que cambiarse hace 8 años’ Enrique Peñalosa, CITY TV). ¿Será cierto? Veámos. La administración, oficialmente, argumenta que con los nuevos buses diésel, al menos de estándares Euro V, se reducirá en un 50% el nivel actual de contaminación. El alcalde, por su parte, va más allá: habla de una reducción del 90% en emisiones y asevera que con el diésel que hay en Colombia, los buses que se adquirirán son los más limpios que pueden existir en el mundo.
Es un avance, sí. El problema es que el cambio es demasiado “normal” y para los ciudadanos es apenas lógico, pues corresponde al simple hecho de que diecisiete años después, este es el tiempo que el grueso de la flota lleva circulando – y humeando – por la ciudad, la tecnología se ha hecho más eficiente y menos contaminante. Lo mismo sucedería con una nevera, una plancha o un horno de cocina.
Con el complicado panorama de los aires en las principales ciudades del país, sobre todo en Medellín y Bogotá, esta notificada disminución no es suficiente. En la nota de EL ESPECTADOR Trasmilenio: ¿perjudicial para la salud?, Ricardo Morales lo pone así: “Si bien sería una mejora, los límites de emisiones propuestos equivalen a aceptar que niveles considerados inadecuados por europeos y norteamericanos, basados en la evidencia científica que demuestra que atentan contra la salud de la población, son en cambio aceptables para los millones de bogotanos que utilizarán día a día el sistema.”
A esto se suma la mala calidad del diésel producido en Colombia, el cual, según expertos, incluso tiene propiedades inferiores a las que requieren los “nuevos” sistemas a adquirirse, que son ya obsoletos en el mundo desarrollado. Para algunos esto significa que estamos atrasados dentro del atraso. Juan Pablo Ruiz Soto lo expresa sin filtro para ese mismo diario (Transmilenio: diésel, lo más caro, EL ESPECTADOR): “¡Acabemos con la ancestral costumbre de comprar lo que es basura en otras latitudes!”
La pregunta es, ¿entonces qué deberíamos comprar? La respuesta para la mayoría – y nos imaginamos que para los lectores de Energía Limpia – sería buses eléctricos o impulsados por gas.
No es tan sencillo.
José Clopatofsky nos “baja de la nube” en el editorial de la revista Motor:
“Es muy fácil predicar, escribir y especular sobre estos temas. Todo el mundo quisiera eléctricos, pero resulta que estos buses son muchísimo más costosos y traerlos y operarlos significaría que la rata de las tarifas actuales no sería sostenible para ese nuevo esquema financiero. Por otra parte, el tiempo que toma recuperar las baterías y hacer las debidas estaciones en los patios de descanso de los buses suben aún más los costos, y no hay buses eléctricos biarticulados, que serán el 67 por ciento de la nueva flota, cosa que tiene mucho sentido, pues cada tren de esos lleva 250 pasajeros, 100 más que los articulados sencillos.” (Transmilenio: ¿diésel, gas o baterías?, Revista Motor)
Cierto.
Peñalosa también lo resalta una y otra vez: optar por buses eléctricos incrementaría significativamente el precio de los pasajes de Transmilenio.
No obstante, el precio por contaminación del aire también es real, cuantificable y dramático: “el costo de la contaminación atmosférica en Bogotá es cercana al 2,5% del PIB de la ciudad y genera el 10% de las muertes.” (Transmilenio: diésel, lo más caro, EL ESPECTADOR).
En el corto plazo, que tanto le gusta y tanto daño le ha hecho a este país, muy posiblemente seguirá reinando la tecnología diésel. Además aún estamos lejos de una era sin combustibles fósiles, no es bueno intentar volar antes de haber aprendido a caminar y luego a correr; si queremos eléctricos, primero hay que convivir con la transición, indefectiblemente híbrida, como bien lo muestra Juan Quiroga en Energía Limpia: El futuro de los combustibles fósiles.
Energía Limpia invita a los políticos, a los tomadores de decisiones, a los empresarios y, por supuesto, a la Administración Distrital a abrir los ojos. A mirar más allá de las narices y el ombligo.
¿Qué está pasando en el mundo?
Hace unos pocos días comenzaron a circular, en Washington DC, 14 buses “Circulators” (ya tradicional medio de “circulación” de la capital de los Estados Unidos) totalmente eléctricos: Hear No Diesel, Smell No Diesel: D.C. Debuts All-Electric Circulator Buses, www.wamu.org. Es la flota más grande de este tipo de sistemas en la costa este de la gran potencia.
¿14? Así es. En Nueva York, con uno de los sistemas de transporte más complejos y extensos del mundo, se inició en este 2018 un proyecto piloto que emplea 10 buses eléctricos: North America’s largest transit system is the acid test for electric buses, Quartz Media. La administración de Oslo, Noruega, que actualmente cuenta con 6, se ha puesto metas más ambiciosas: para el verano de 2019 serán 70 los eléctricos que rodarán en el norte, norte, de Europa: Oslo To Add 70 Electric Buses By Summer Of 2019, www.cleantechnica.com.
Y, bueno, hay quienes apuestan aún más fuerte. París, la ciudad luz, le apunta a los 1,000 ejemplares para 2025, esto es a la “vuelta de la esquina”: 1000 Electric Buses To Spearhead Paris Goal Of 100% Zero Emissions Public Transportation, www.cleantechnica.com.
¿Será utópico soñar con que en una ciudad como Bogotá que está abriendo una licitación para comprar 1,400 buses, seguramente impulsados por tecnología diésel, se hagan pruebas con 3, 5 o 10 buses eléctricos? Esperemos que no.
Por lo menos, pasos se han dado: hoy rueda por la capital un grande del gas: Ya entró en operación el primer Transmilenio biarticulado que funciona con gas natural, DINERO. El alcalde asegura, a su vez, que muchos de los nuevos vehículos serán a gas. Adicionalmente, hay una interesante flotilla de híbridos recorriendo la emblemática carrera séptima (como van las cosas, pronto a tramsmilenizarse en forma permanente): Aún con tecnología vieja, buses híbridos contaminan 30 % menos, EL TIEMPO.
Se puede.
Claro está que, contra los 1,400 buses (la gran mayoría con tecnología diésel) para los próximos 12 años, esto parece insignificante. Si viajamos aún más lejos, por ejemplo a China, potencia de potencias en energía, nos encontramos con que en este momento los 16,359 buses de la ciudad de Shenzhen son eléctricos: How Did Shenzhen Build the World’s Largest Electric Bus Fleet?, www.thecityfix.com.
Y se vienen a rodar por el mundo. Así como los paneles solares fabricados en el coloso asiático han transformado a la humanidad, asunto que a Energía Limpia le alegra sobremanera, los buses eléctricos chinos están listos para transportar a millones de ciudadanos en el planeta: China made solar panels cheap. Now it’s doing the same for electric buses, www.vox.com.
Buses eléctricos es lo que hay, como lo podemos ver en este video:
El argumento del alcalde para no ir por ellos – los buses chinos de BYD – es que no tienen competencia: “sería una licitación a dedo”. Interesante planteamiento. Energía Limpia quisiera saber qué opinan sus lectores.
Por ahora, lo mejor es anotar que los sistemas de buses eléctricos son científicamente viables: Are Electric Buses Feasible?, Union of Concerned Scientists. Y, como negocio, se constituyen en una inmejorable alternativa (no sólo a futuro, sino en el presente): IISc Study Reveals That Electric Buses Earn 82% More Profit Than Diesel Buses, www.thebetterindia.com. Es lo que sucede en India.
Por eso está muy preocupada la industria petrolera, los fabricantes de diésel; estos buses eléctricos, tan “inconcebibles” para nuestra ciudad, están afectando los precios y tienen el potencial para revolucionar los sistemas masivos de transporte: Electric Buses Are Hurting the Oil Industry, BLOOMBERG.
Son un fenómeno que se tomará al planeta: para el 2025 la mitad de todos los buses en el mundo serán eléctricos: Electric Buses Will Take Over Half the World Fleet by 2025, BLOOMBERG.
En Bogotá, Colombia, en 2030 el grueso de los buses de Transmilenio se moverá con diésel.