Empresas de petróleo y gas aseguran que estos pueden ser cada vez más limpios y beneficiar a más personas, mientras las renovables se van sumando a la matriz. ¿Problema resuelto? Para nada.

Se pregunta el especial de la revista Semana sobre hidrocarburos, publicado la semana pasada, en gruesas letras blancas sobre fondo negro, si estos son el futuro de Colombia.  El título lanza una pregunta que pocas personas podrían responder desapasionadamente. Una de ellas, Luis Giusti, presidente de Pdvsa entre 1994 y 1999. Dice Giusti que a pesar de las “notables motivaciones” de los ambientalistas en la lucha contra el cambio climático los combustibles fósiles mandarán la parada por “muchas” décadas más. Entonces, hay que replantearse el debate de “o los unos, o los otros”, refiriéndose a la dicotomía entre combustibles fósiles “sucios” y energías renovables “limpias”.

Quizá sea el lobby más todopoderoso en el mundo o la extraordinaria rentabilidad del petróleo –16,3 dólares cuesta en promedio producir un barril en Colombia, barril que durante el 2018 se vendió a 65 dólares–; quizá sea  la creciente demanda de energía, que creció 2,1% en el mundo en 2017, el doble que en el 2016, o los ingresos fiscales que recibe el país fruto de la explotación de hidrocarburos. Se calcula que en 2019 y 2020 el país percibirá 19,2 billones de pesos, con los cuales, entre otras inversiones sociales, se aumenta el presupuesto para consolidar la paz de 511.000 millones de pesos a casi 1,7 billones. Quizá porque el mundo es ciego al dolor y perdona fácil los desastres ambientales, sociales y económicos que puede causar la industria, el oro negro seguirá reinando muchas décadas más. No sabemos cuántas.

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Hoy en día la industria de los hidrocarburos tiene límites – salvaguardas sociales y ambientales– para prevenir esos desastres. Esas reglas de juego son en gran medida el triunfo de los “notables ambientalistas” de los que habla Giusti y de los líderes sociales y las comunidades que han hecho oposición a la industria de los hidrocarburos por más décadas de las que le quedan de protagonismo. A la posibilidad de desarrollar los recursos del subsuelo de manera responsable y fortalecer con ellos otros sectores como el agrícola, el turismo o las energías renovables se refiere el gerente de la empresa Tipiel, que ha ejecutado más de 500 proyectos en Colombia y América Latina, cuando dice que “todo se puede hacer bien”.  Así, en resumen, el petróleo y el gas pueden ser cada vez más limpios y beneficiar a más personas, mientras las renovables se van sumando a la matriz. ¿Problema resuelto? Para nada.

futuro combustibles fósiles

Para que eso sea así, hace falta fortalecer las instituciones, sobre todo la ambiental, y llevar a cabo procesos de consulta que realmente hagan posible una concertación entre las empresas y las comunidades y sean una oportunidad para que las últimas planifiquen su desarrollo.  Si la viabilidad de la industria depende, como dice en otro texto del especial de Semana el profesor Sergio Cabrales, “de la efectiva reducción del riesgo regulatorio” yo me sumo a las voces de quienes, so pena de aguar la fiesta, advierten de manera respetuosa y constructiva de la incapacidad de las autoridades ambientales y el cinismo de algunos de sus procedimientos para juzgar adecuadamente los estudios de impacto ambiental que presentan los proponentes de proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos. En primer lugar porque es ilógico que quien proponga el proyecto sea el encargado de llevar a cabo –o contratar– dicho estudio de impactos.

Al sector de hidrocarburos le pronostican años favorables por venir y el país debe prepararse para aprovechar los recursos que se generen invirtiendo en programas de desarrollo sostenible que construyan paz en los territorios. Las energías renovables son una oportunidad valiosa que tiene Colombia por su ubicación geoestratégica. La pregunta entonces no es si “el uno o el otro”, sino dónde, cómo y para qué. Lo cierto es que llegará el día –lo saben hasta los Emiratos Árabes– en el que las palabras futuro combustibles fósiles figuren como antónimos en el diccionario.

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