Presión Eficiente para cuidar y recuperar la Energía

Foto: SOMAVEDA.ORG

BANGKOK – El Masaje Thai es un conocimiento milenario que aún hoy en día se sigue trasmitiendo vía oral, demostrativa y práctica. Su efectividad comprobada como tratamiento terapéutico para diferentes trastornos físicos, ha hecho que tenga acogida no sólo en Tailandia sino alrededor del mundo. Una de sus principales herramientas para el ejecutor, «dador» o masajista, es la eficiencia energética.

Cuando me hablaron de contar alguna de las experiencias energéticas con las que me he topado en este viaje por Asia, poco convencido de la descriptiva forma de hablar de proyectos de electricidad, opté por hablar de mi más inmediata realidad, un curso de Masaje Thai que llevo realizando hace unas semanas en Chiang Mai, Tailandia.

La primera vez que tomé un masaje de este tipo, me causó curiosidad – y algo de displicencia – ver venir a la masajista: una mujer delgada, con algo menos de un metro y medio de estatura, que rondaba los 50 años. Pensé: vaya tarea y esfuerzo el que se le viene a esta mujer. Seguro será plata perdida porque no va a quitarme el nudo de la espalda. Luego de haber terminado pidiendo más de una vez durante la sesión «menos presión», la curiosidad creció al punto de querer conocer cómo alguien con tan modesta contextura pudo hacerme sentir tan contundente alivio muscular.

El fundamento y enseñanza de este conocimiento se plasma en las 60 tablas de mármol que reposan en el famoso templo Wat Pho de Bangkok, por solicitud del Rey Rama III en la primera mitad del siglo XVI. Las escrituras hablan de los «Sen Sib» o «diez canales» por dónde la «energía de vida» fluye en el cuerpo humano. El masaje busca desbloquear las posibles obstrucciones de estos canales.

Más allá de la magia o mística que se pueda pensar de esta disciplina – y luego de comprobar con dolor en la espalda, los pulgares y las rodillas cómo quien sube el cerro de Monserrate a peregrinar –, durante las clases he podido observar y comprobar que la energía que invertimos en una actividad física y el cansancio que nos pueda generar, depende en gran medida de la técnica de ejecución. Y es que para dar una sesión de 2 horas de masaje no se requiere ir al gimnasio a diario, sino que en cambio se necesita ahorrar y focalizar cada esfuerzo realizado, utilizando la correcta postura y el balanceo del cuerpo para lograrlo. Es decir, utilizando eficientemente la energía que tenemos disponible; sólo para lo necesariamente necesario (valga la redundancia).

Al hablar de Eficiencia Energética y recordar la rotunda ejecución de la pequeña masajista logró, cabe pensar cómo malgastamos la energía en nuestra vida diaria y en nuestra sociedad – en este caso en forma de electricidad, calor, frío, etc. – sin darnos cuenta que esos esfuerzos en vano, por ejemplo, dejar las luces encendidas, la plancha conectada, usar un motor obsoleto o no aprovechar el calor residual de un proceso industrial, se convertirán en plata botada a la basura o facturas más caras acompañadas con dolores de cabeza que, esperemos, una buena sesión de Masaje Thai nos pueda aliviar.

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