Imagine que la carrera 7ª, la 15 o la 68 tuviera un carril exclusivo para bicicletas o patinetas eléctricas. ¿Por qué no? Así sucedió en la carrera 11 y hoy se siente la descongestión y la descontaminación; el respiro de satisfacción al pedalear tan cerca pero tan lejos de los automóviles estancados en el tiempo y el espacio.

A pesar de que cuenta con una red de ciclorrutas que se estira 392 kilómetros –la más larga en América Latina–, la infraestructura de transporte de la ciudad está hecha para el carro. Pero es asombroso el potencial de la ciudad para mejorar el tráfico y la polución. Por más que crezca, no tiene que volverse enemiga del hombre.

Algunas cifras demuestran la tendencia que está tomando la movilidad en la ciudad. Por ejemplo, es la primera vez que en un año –el 2018– se hacen más viajes en bicicleta (9%) que en carro particular (8%). Esta es la proporción más alta de ciclistas en toda América del Sur y representa unos 611.000 viajes diarios.

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Esa estadística deja de sorprender si se tiene en cuenta que para seis de cada diez bogotanos la ciudad tiene un perímetro que se puede recorrer en bicicleta sin necesidad de ser atleta. Bogotá es tan grande que se come el horizonte, sí, pero el 60% de los viajes que hacen sus habitantes no supera los 10 kilómetros.

Todo esto me lo asegura Daniel Otero, fundador y CEO de Muvo. Ahora, con la posibilidad de alquilar bicicletas y patinetas eléctricas, nadie puede hacerle el quite al transporte sostenible y saludable bajo la premisa de que va a llegar juagado en sus sales a la oficina o la universidad. Por eso y porque el carro ha sacado de quicio al conductor, la ciudad debe apostarle a los ‘medios de transporte sin sudor’.

micro-movilidad
Foto: www.muvo.bike

Viviendo en Madrid, Daniel comenzó a estudiar el sistema de bicicletas eléctricas que había implementado la ciudad, en ese entonces el segundo en Europa y el quinto a nivel mundial. Sabía que la tecnología permitiría hacer lo mismo en Bogotá en cuestión de meses y dedicó su tesis de maestría al análisis de estos sistemas.

Antes, ciudades como Barcelona o Madrid desarrollaban los proyectos y se encargaban de la financiación y gestión. Pero siguiendo la ‘uberización’ de la industria los privados han tomado la delantera. En noviembre de 2017 las bicicletas eléctricas compartidas de Muvo empezaron a rodar por la ciudad, y a partir de enero entrarán en el mercado de las patinetas.

Como el Código de Policía no permite la invasión del espacio público, Muvo inicialmente ubicó las ciclas dentro de parqueaderos privados con los que hicieron alianzas. Luego en restaurantes, supermercados y comercios. Esa estrategia les ha permitido ofrecer su servicio de ‘micro-movilidad’ en más de 20 puntos, ubicados entre las calles 45 y 134 y la carrera 7ª y la autopista.

“La bici funciona como una valla –dice Daniel– pero tiene que ser muy visible, y dentro de los parqueaderos o locales nadie nos ve”. Lo que encontraron tras monitorear su impacto fue que esos 20 puntos sí estaban siendo utilizados, pero aún representaban un espectro ínfimo de los usuarios que desean alcanzar. Sin embargo, estaban impulsando una alternativa de transporte sostenible, ‘hecha en Colombia’, y habían salido a la calle de modo organizado y ciento por ciento legal.

Para hacerse más visibles decidieron utilizar los bicicleteros de la ciudad durante el día y recoger las bicicletas en la noche. Así han puesto a rodar 150 ciclas en Bogotá. Toda la tecnología de Muvo se ha desarrollado en Colombia y es la primera empresa en implementar el sistema dockless o ‘sin amarre’ en el país. Con estas credenciales en mano esperan a que el distrito les de permiso para estacionar las bicicletas en los andenes, donde cualquier transeúnte puede verlas y alquilarlas.

Según las encuestas realizadas por Muvo, el bogotano, una vez prueba la bicicleta y echa a andar con la potencia del motor eléctrico elimina el taxi, el Uber o el carro propio de su rutina. Así lo hicieron el 80% de los usuarios. Hace unos meses aparecieron las patinetas de la empresa mexicana Grin, que, en alianza con Rappi, brinda otra opción de micro-movilidad a la ciudad. ¡Bienvenidas! El distrito tiene ahora la responsabilidad de fomentar estos sistemas y ampliarlos a más corredores congestionados y entristecidos por las caras de larga y apretada espera detrás de los vidrios.