No se sorprenda si en pleno separador de la carrera 11 con calle 92 se encuentra a un hombre prestando servicios de mantenimiento para ciclas, jugando Atari en un televisor, rodeado de paneles solares.  Se trata, nada más ni nada menos, del bicitaller de Percy Roberto Rusell, un costeño de 36 años, tecnólogo en redes y telecomunicaciones, quien desarrolló de manera empírica un gran talento para el diseño y montaje de diferentes clases de sistemas solares.

En su taller funcionan con este tipo de energía limpia un compresor, un tv de 24 pulgadas, un codificador TDT para ver los canales nacionales, un sistema de video juegos, el radio para escuchar música y, aparte de todo, tiene el servicio de conexión para cargar el celular, por si a usted lo coge su móvil descargado en este sector de la ciudad, ya sabe donde puede desvararse.

Y este sistema se autoabastece consumiendo 80 vatios de los 300 que generan los tres paneles solares en días de mucho sol, o 130 – 140 vatios en días nublados. Es decir, toda la capacidad solar de su bicitaller está muy por encima de lo que está gastando.

La energía que viene del compresor le ayuda a inflar las llantas. Los tiempos de bombear afanosamente con muchos clientes demandando su servicio quedaron atrás. Ahora gasta menos tiempo y optimiza su trabajo. De paso se cura del aburrimiento, pues ese suministro energético le permite al ingeniero empírico relajarse jugando una tanda de Mario Kart en su Nintendo 64 mientras llegan otros clientes.

¿Cómo llegó Roberto a aprender todo esto? Cuenta este hombre moreno y de contextura media, que trabajó en una empresa por 5 años instalando este tipo de sistemas, así empezó a ganar cancha en el mundo de los equipos solares, por eso cree que “muchas veces se aprende más con la práctica que con la teoría”. De hecho el mantenimiento de las bicicletas también lo aprendió de manera empírica.

Con el tiempo, cansado de trabajar aquí y allá y con muchas ganas de emprender su propio negocio, decidió poner el puesto en la calle 92 con 11. “Para mí el bicitaller ha sido una excelente oportunidad, cierra a la hora que quiero y no debo rendirle cuentas a nadie”, cuenta Roberto.

“Me dio un poquito de pena al principio, porque este es un trabajo informal y la gente lo mira a uno a veces de manera despectiva”, aseguró. Sin embargo, dejó sus inseguridades atrás y pensando en sacar adelante a su familia comenzó a preguntarse cómo  mejorar su sitio de trabajo, así que se propuso diseñar un compresor que funcionara con luz solar pues, según sus palabras, cuando hay muchos clientes faltan brazos.

“Lo diseñé, lo compré, lo armé y fue un éxito. Dije bueno ¿por qué quedarme ahí? Vamos a diseñar algo para entretenimiento mío, entonces empecé a comprar el tv, los paneles, agrandé el sistema y monté el video juego. Eso fue un proceso, a medida que iba entrando plata iba invirtiendo”.

Pero ahí no paró su iniciativa, pues luego de “engallar” su bicitaller se dispuso a hacer lo mismo con su hogar, que en la actualidad funciona con 100 vatios y que encienden la iluminación del baño, cocina, sala y dos alcobas. “Se puede ir la luz en el barrio y en mi casa todo sigue normal”, dice entre risas Roberto, quien además asegura que lo mejor es que cuida el medio ambiente y al tiempo el bolsillo.

Roberto, quien hizo parte recientemente de la Feria de la Energía Limpia que realizó Creatividad en Acción para celebrar el Día de Europa, sabe que su pasión por la energía solar lo llevará a embarcarse en nuevos proyectos. Está convencido de que esto va a ser un  trampolín que lo va a catapultar a otras cosas.

Por ahora tiene en mente montar un restaurante con bar incluido,  que posiblemente funcionará con tecnología solar. Sabe que el camino no es fácil para el desarrollo de este tipo de energías limpias. “Se podría aprovechar más la energía solar si hubiera más apoyo del gobierno,  si se subsidiara a las personas que comienzan a implementar este sistema solar en sus casas o negocios”, finaliza Roberto mientras se acomoda las gafas  y se alista para atender a un cliente más que acaba de llegar a su bicitaller.

Foto Portada: © Niko Jacob