El plan de descarbonización de Alemania incluye inversiones cercanas a los 45.ooo millones de dólares para mitigar los impactos que se darán en regiones productoras.

Buenas noticias. El inicio del año está marcando una clara tendencia hacia la descarbonización de la economía, sobre todo en países europeos. Luego que la multinacional española Naturgy anunciara el cierre de tres centrales térmicas de carbón antes de julio de 2020, el gobierno alemán notificó el sábado pasado que el país apagará las 84 plantas generadoras de electricidad a base de carbón en los próximos 19 años.

Alemania, uno de los consumidores de carbón más grandes del mundo, demostró ser un país líder en la lucha contra el cambio climático la década pasada. Sin embargo, tuvo que aceptar hace poco que no alcanzaría la meta de reducir las emisiones de carbono en un 40% llegado el 2020, tomando como referencia los niveles de 1990. La cifra, según la comisión gubernamental que hizo el anuncio, estará cerca del 32%.

Tras esta decisión sin precedentes, lo más seguro es que Alemania llegue a la meta de una reducción del 55% de los niveles de 1990 antes del año 2030, y una reducción del 80% para el 2050.

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Como los alemanes ya habían aceptado el cierre de todas sus plantas de energía nuclear tras el desastre de Fukushima en 2011, el país deberá contar con un suministro de energía limpia de entre el 65% y el 80% para el año 2040. Por ahora, el gigante de Europa va por buen camino, pues el año pasado las renovables sobrepasaron al carbón como la principal fuente en la producción de electricidad, aportando el 41% de la energía.

El panorama en Colombia

Si algo nos diferencia de Alemania no es la dependencia de nuestra economía en el petróleo y el carbón, sino la cobertura boscosa que tenemos, que está en riesgo de fragmentarse y perderse como resultado de los altos niveles de deforestación, sin antecedentes en la historia del país.

No sin justa causa se pregunta José Miguel Orozco, columnista de El Tiempo, ¿dónde está el Plan Nacional de Desarrollo Forestal? ¿Para qué sirven el Servicio Forestal Nacional y la Ley Forestal? ¿En qué cajón de la burocracia quedaron guardados los Planes de Ordenación Forestal? ¿Por qué no se incluye el manejo de bosques en los esquemas de Pago por Servicios Ambientales? ¿Cuál es la razón de que el Sistema Nacional de Áreas Protegidas no otorgue una mayor protección a las áreas donde se hace un uso sostenible de los recursos naturales, si la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reconoce su valor para la conservación?

emisiones GEI
Foto: Semana Sostenible

Todas las anteriores son medidas que se pueden tomar para ayudar a enfrentar el flagelo de la deforestación, que, a pesar de estar relacionado con dinámicas poblacionales, criminales y climáticas que sobrepasan las capacidades de las instituciones, pueden ayudar a que exista un manejo forestal sostenible.

Tanto la Política de Crecimiento Verde, fruto del trabajo del anterior gobierno, como la nueva Estrategia Integral de Control de la Deforestación, deberán ser fundamentales en el Plan Nacional de Desarrollo y se perfilan como herramientas necesarias para que Colombia pueda conservar sus bosques -lo que queda de ellos- y reducir sus emisiones de gases efecto invernadero, ya que entre el 36% y el 44% de ellas son causadas por la deforestación.  

Asimismo, otra de las estrategias para reducir la huella de carbono y cumplir con la meta nacional de reducción de emisiones a la que Colombia se comprometió al ratificar el Acuerdo de París es el Plan Integral de Gestión del Cambio Climático del sector minero-energético. Este es el primer sector del país en construir una hoja de ruta para este fin, y se espera que le permita, por medio de la eficiencia y la tecnología, reducir 11,2 millones de toneladas de emisiones, lo cual equivale al 17% de la meta nacional de reducción de emisiones, según apuntó la Ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez. 

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