“Hay dos cosas infinitas: 

el Universo y la estupidez humana. 

Y del Universo, no estoy seguro.

Albert Einstein

Esta semana “El energético” está energizado… y muy triste.

Mi amigo y maestro José Eddy Torres me envió un resumen en imágenes, tomado de varios medios, de cómo la energía se ha transformado y está transformando la Tierra. Recomiendo sobremanera ver la nota, registrada en www.energialimpia.co: Los hitos de la Energía Limpia en 2018.

Entre otros sucesos, India, gigante de gigantes, alcanzó sus metas en generación solar 2 años antes de lo previsto. Actualmente cuenta con una increíble capacidad de 20 gigavatios; y si continua a este ritmo, llegará a 100 gigavatios en 2022. Las compañías más grandes e icónicas de tecnología en el planeta, Apple y Google, utilizan 100% energía limpia. Ésta se volvió más económica que los combustibles fósiles, y provee empleo para cerca de 10 millones de personas. Las ciudades cuya matriz está basada en por lo menos 70% de renovables, hoy superan las 100. Por primera vez en el milenio menos de un billón de personas no tiene acceso a la energía (no deja de darme escalofrío, pensar en ese billón). Y el transporte sostenible, con vehículos eléctricos, motos, patinetas y bicicletas está cambiando la concepción de las ciudades. Maravilloso panorama.

Al bus de la Energía Limpia, al que hace rato se montó el mundo, ya no lo para nadie. Existen demasiados retos por afrontar y la humanidad que piensa está preparada para acometerlos. Así se puede observar en este corto, y lúcido, video de la Agencia Internacional de Energía:

Tenemos todo para iluminar, en el sentido más amplio de la palabra, al Planeta.

Lo trágico es que la energía, mal empleada, también explota. Muchos luchamos día a día para construir, otros se empecinan en convertir nuestros sueños en pesadillas. ¡Qué tristeza!, ¡Qué dolor! El atentando con carro bomba en la Escuela General Santander nos acuerda una vez más que ser humanos también lastima. Hay hombres, así se llaman, que son una vergüenza. Un desastre. Una desgracia. Piensen lo que piensen. No es una cuestión de bandos, de izquierdas, centros o derechas, ni de filosofías o religiones; es un tema de humanos con alma y sin alma.

Mientras escribía estas líneas me enteré del ataque. La que plantee como una columna positiva, brillante, se ensombreció.

No borraré mi manifestación de confianza en la energía limpia. Tampoco me puedo quedar callado como si no hubiera pasado nada.

Que me sienta triste no quiere decir que deje de estar energizado. Este tipo de bestialidades, lo que hace en los humanos que aún nos regocijamos con serlo, y que estamos comprometidos con la especie, es darnos aún más motivos y fuerzas para enfrentar el camino. Si con algo contamos para hacerlo es con energía.

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