En Colombia, un proyecto de ley y un decreto quieren aumentar los topes de participación en los mercados de distribución y comercialización. Las medidas pondrían en riesgo la libre competencia en el sector.

Después de manifestar su interés en hacerse cargo de la operación de Electricaribe, se hizo claro que el grupo Enel necesitaría que se levanten los topes que regulan la participación de una sola empresa en el mercado, que hoy permiten un máximo del 25%.

La presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), Ángela Montoya, dijo en entrevista con el diario Portafolio que hay un proyecto de ley para levantar los límites de comercialización de energía eléctrica y un decreto de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) para aumentar los topes hasta el 50%.

En el mercado regulado (de usuarios residenciales y comerciales pequeños), los principales agentes son los mismos de la distribución: Codensa, EPM y Electricaribe. Si un conglomerado empresarial como el grupo Enel tuviese a su cargo la operación de Electricaribe estaría vendiendo la electricidad a más del 25% del mercado, con lo cual, según expertos, se estaría configurando una concentración monopolística.

Según expertos de la Universidad Nacional como Lorena Cadavid, Carlos Franco e Isaac Dyner esto iría en contra de lo que el sector necesita, ya que en el lado de la generación y la capacidad instalada existe un alto grado de concentración del mercado. Al igual que en estas dos fases de la prestación del servicio público, la distribución y comercialización requieren unas condiciones competitivas para brindar tarifas bajas y un servicio de calidad.

Pero, lo anterior sucede a medias en la actualidad, pues el cargo fijo establecido para remunerar a las empresas que prestan el servicio al mercado regulado crea unas distorsiones que no promueven ni las tarifas bajas ni la calidad en el servicio. Pero en el caso de que el proyecto de ley salga adelante, un solo agente podría concentrar hasta la mitad del mercado y manipular no solo la oferta, sino también la demanda.

Además, como dice Ángela Montoya, subir los topes de participación en el mercado de comercialización y distribución sería perjudicial para el ingreso de la energía limpia a la matriz energética: “Los nuevos agentes se verían afectados porque el principal potencial está en las energías renovables que se ubican en la Costa Caribe. Y si el agente que tiene la distribución tiene una posición dominante en la comercialización, puede gestionar las conexiones en el nivel de distribución, y bloquear conexiones a otros agentes”.

Por su parte, el presidente de la Cámara Colombiana de Energía, Carlos Zarruk, ha defendido la competitividad del sector y la necesidad de mantener los topes de participación en el mercado, ya que así se evita que haya actores dominantes en él.

En conclusión, como augura la presidenta de Acolgen, la concentración del mercado “puede llevar a que la política energética termine dependiendo de decisiones empresariales”.